Como sabéis, la gestión de riesgos requiere una atención constante. Para gestionar mejor la seguridad del buceador, es importante estar al día de las lesiones más habituales y utilizar estos conocimientos para dirigir la atención y los esfuerzos allí donde vaya a haber un resultado más beneficioso. Incluimos a continuación las lesiones más habituales del año pasado junto con algunos métodos sencillos para evitar problemas a tus alumnos.
Compresión de oídos
Es de sobra conocido que las lesiones de oídos son uno de los problemas más habituales entre los buceadores nóveles y experimentados. La compensación de los oídos no es una habilidad innata: hasta que no han acudido a una clase de buceo, la mayoría de personas no ha intentado nunca compensar sus oídos. Poner en práctica una habilidad recién aprendida además de atender a los otros requisitos propios del buceo suele desembocar en constantes compresiones de los oídos, barotraumatismos u otras dolencias auditivas.
Es fácil olvidar que si la compensación resulta natural, es porque ya eres un buceador experimentado, pero practicarla de forma repetitiva es fundamental para que tus alumnos también puedan hacerla de forma natural. Dales la oportunidad a tus alumnos de que practiquen la compensación en la superficie hasta que la hayan interiorizado totalmente. Indícalo y repítelo varias veces durante la sesión informativa, mientras preparáis el equipo y antes del descenso, hasta que se dé por supuesto en cada inmersión. Es un forma estupenda para prevenir lesiones y de inculcar buenos hábitos en los nuevos buceadores.
Las escaleras de los barcos
Las hay de una variedad sorprendente de formas y tamaños y son una causa habitual, y a veces grave, de lesiones en los barcos de buceo. Dedos pellizcados en bisagras, pies aplastados contra barcos y contusiones al caer de las escaleras son casos frecuentes que aparecen en los informes DAN. Las amputaciones de dedos y la rotura de huesos ocupan también su lugar, y no ayuda que los barcos de buceo sean un entorno con una complejidad especial incluso para esas personas que se manejan perfectamente dentro del agua.
Da instrucciones claras y precisas para acercarse y subir por la escalera. A veces el mayor peligro es acercarse a la escalera cuando el mar está muy movido. Es necesario enseñar a los buceadores a cómo quitarse las aletas y ponerse en cola para subir al barco con corrientes o en condiciones difíciles. Trata de dar instrucciones sencillas para que sea más fácil para los buceadores interiorizarlas y ponerlas en práctica cuando tengan que lidiar con las dificultades que entraña salir del agua.
Lesiones con las hélices
Impulsadas por el motor y con un giro muy rápido, las hélices pueden causar lesiones mortales fácilmente y casi sin previo aviso. Estas lesiones son fáciles de evitar pero, aún así, es necesario reforzar unos hábitos de seguridad que acompañen a tus alumnos durante toda su trayectoria como buceadores. Tu experiencia te lleva a respetar los riesgos que suponen los barcos, pero para los buceadores nóveles puede que sea algo nuevo.
Puedes hablar de las consecuencias de una lesión por hélices y la facilidad con la que pueden producirse. Fomenta un reconocimiento de la situación y que eviten cualquier encuentro con barcos. Es importante que instruyas a tus alumnos a que se mantengan lo más lejos posible de los barcos, estén anclados o no. Aunque puede resultar de sentido común, los números no engañan: todos los años hay buceadores que cometen pequeños errores de cálculo por los que tienen que enfrentarse a graves consecuencias.
Si deseas más información sobre las lesiones más habituales en buceo,visita DAN.org
Redacción por el equipo de DAN
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